Contar la historia de nuestra Casa de Estudios es introducirse en el tiempo, re hojear el pasado y admitir a quienes trabajaron y dieron lo mejor de sí, con esfuerzo e inteligencia.
Venado Tuerto, fundada por Don Eduardo Casey en 1883, se hallaba en sus albores de progreso. Desde entonces ya se había visto la bendición de Dios en esta ciudad constituida casi toda por cristianas familias de la bella Irlanda. Crecía la villa y el espíritu del pueblo quería lugares donde formar y modelar el alma de los nuevos vástagos.
Don Alejandro Estrugamou, que conocía la obra eficaz desarrollada en distintos lugares de América por las Hermanas de la Misericordia, se dirige a la Madre Provincial de Rosario, Sor María Eugenia Carrera, y solicita religiosas para fundar un colegio. La Madre, con el deseo de ganar almas para el cielo, envía a las Hermanas; y el veintisiete de diciembre de 1898 llegan las mensajeras de la paz, para instalarse en un antiguo almacén del pueblo que reciben en donación del señor Estrugamou. Las comodidades eran exiguas, pero el amor a Dios se sobrepone a todo.
Comienzan entonces a organizar el Colegio, entregándose al santo apostolado de la enseñanza. La Superiora Sor María Josefa Fortune y las Hnas. María Angélica Murray y María Feliciana Albina (víctima religiosa por ocupar el cargo de Superiora en el Hogar de Mendigos de la ciudad de Corrientes) se constituyen en las fundadoras de esta obra.
El 15 de febrero de 1899 comienza a funcionar el Colegio. En pocos años goza del cariño de los pobladores del poblado, como el mejor colaborador de sus hogares para educar a sus hijos.
Funcionan cursos de manualidades, donde se adquieren gusto y destreza; se imparte la enseñanza de la Doctrina Cristiana; también se dictan cursos de inglés. Más de treinta años estuvo la pequeña simiente evangélica dando frutos escondidos para convertirse en un frondoso árbol.
Sor María de la Santísima Trinidad había intuido el bien enorme que podía hacer un Colegio adecuadamente organizado en una zona alejada de los grandes centros de cultura.
De esta manera, luego de plantear su necesidad con Don Alejandro Estrugamou, se acuerda remodelar el Colegio y levantar una mejor infraestructura para quienes se habían sacrificado tanto por la niñez y juventud venadense. Y tiempo después, el magnífico edificio de líneas coloniales se levantó sobre el mismo lugar del viejo Colegio, conservando su calor y sencillez. La obra fue dirigida por el gran arquitecto Atilio Rocca, proveniente de Capital Federal, secundado por el constructor Emilio Ferrari. Ese año (1931) se suspendieron las clases y funcionó sólo un taller de manualidades en un local provisorio atendido por tres religiosas.
El 9 de abril se delinearon los cimientos del nuevo edificio. El sacerdote Pbro. Albino Semprini, exalumno del Colegio, bendijo tres piedras, reliquias de la Madre Rossello, y un paquete que contenía una imagen de la Santísima Virgen de la Misericordia y de San José, que sirvieron para riego fecundo el continuo florecimiento de buenas obras.
Un año más tarde, el edificio recibió a los religiosos y el 1 de mayo del mismo año, fue bendecido privadamente por el señor Cura Vicario Pbro. José Maxwell, gran amigo y benefactor de las H. H. de Nuestras Señoras de la Misericordia.
Durante 1932 y 1933 se procuró interesar a los pobladores de toda esta riquísima zona para que enviaran a sus hijos al nuevo Colegio, que se perfilaba como una paloma de paz en el solar amado por tantas generaciones. Los alumnos fueron llegando de todos los rumbos y se llenaron de algarabía todos los patios, y el Colegio se sintió madre, madre que engendraba a la vida de gracia y madre que daba a sus hijos conocimientos.
En el año 1934, gracias al trabajo realizado por la perseverante Hermana Sor María de la Santísima Trinidad y su digna Secretaria Sor María Albertina, se logró la incorporación del Colegio a la Escuela Comercial Nacional N 2. de la Capital Federal. La primera Directora de estudios fue la Hermana María Elizabeth Libeud, religiosa de hermosos sentimientos y una vasta cultura artística. Su recuerdo es muy querido entre las exalumnas del Comercial que la tuvieron por Directora y Profesora.
En 1934 las religiosas fundan la Escuela Gratuita porque saben que la madre Josefa Rossello les había recomendado a sus hijas que siempre junto al Colegio para niños de posición acomodada debía funcionar otro para los niños que, por escasez de medios, no podrían costearse una educación.
De a poco, el Colegio seguía prosperando. Llegó 1936 y con él una ceremonia inolvidable: la bendición de la Capilla.
Pasa el tiempo y la demanda de los jóvenes venadenses es seguir la carrera de magisterio. Tras las gestiones de la gran religiosa que fuera Sor María de la Santísima Trinidad, en 1937 se logra la incorporación a la Escuela Normal Nro. 1 de Profesoras Dr. Avellaneda de Rosario. La Directora de estudios fue la religiosa Sor María Daniela Pozzoli, a quien recuerdan por su ciencia y gran cariño a la juventud.
La misión del Colegio siguió su curso ascendente con el sello Dios. El trabajo era grande pero el ideal que brillaba en las almas de los obreros de esta magnífica colmena, les daba vigor y luz para seguir trabajando.
En 1940 se realizó la Colación del primer grupo de alumnos que habían cursado todos sus estudios en esta Alta Casa de Estudios. Los 25 primeros maestros agradecieron al Colegio tantos dones que les había dado y prometieron no olvidar sus lecciones.
Desde entonces, el Colegio Santa Rosa sigue irradiando la luz y sabiduría, cumpliendo la misión santa que dio la fundadora de la congregación de las H. H. de Ntra. Sra. de la Misericordia a las religiosas que agrupó a sí y a quienes transmitió su espíritu. Velar para conservar esos valores morales que se nos dieron en custodia debe ser nuestro gran cuidado. Que nuestra vida íntegra responda a tanta gracia.
Eduquemos a los demás y eduquémonos a nosotros mismos con los pies firmes en la tierra pero con la mirada en las estrellas.